El inicio soltar la mano

Me propuse soltar la mano. Escribir al menos 50 palabras diarias. Habrá a quienes les parezca sencillo. Y sí. Debo reconocer que, efectivamente, suena sencillo. Pero hay una historia detrás. Bueno, dos historias, en realidad. La primera tiene que ver con que muy frecuentemente, soy mi crítica más severa. Y eso tiene sus consecuencias cuando una se propone escribir. Escribo y borro. Pienso en lo que pensarán los demás cuando lean lo que escribo. Y entonces borro. Así que bueno, estas primeras 50 palabras servirán para escribir sin pensar. Sin (casi) borrar. Sin (casi) pensar.

La otra historia puedo contarla otro día. O no. Hoy por lo pronto escribí el doble de palabras que me propuse originalmente. Hoy, doble victoria.